Las alas de estas aves se cortan a menudo y algunos dueños permiten que los pájaros paseen en libertad.
Los loros requieren unos cuidados mínimos: comida, agua, espacio, limpieza y, por supuesto, mucho cariño. Una faceta importante de la domesticación de loros son los graznidos, con los que responden a casi cualquier sonido agudo: ambulancias, ladridos de perros, claxon de coches, llantos de niños, e, incluso, a la televisión.
Los loros tienen la capacidad de imitar, por repetición, los sonidos humanos: son los únicos animales con la capacidad de imitar sonidos del lenguaje humano, aunque lógicamente, su desarrollo cerebral les impide utilizarlo como signos de comunicación; es decir, lo hablan por repetición y entrenamiento, pero no lo comprenden.
No todos los loros son iguales: los hay más tranquilos, menos ruidosos, más cariñosos, etc. Esto le da la oportunidad al dueño para elegir el tipo de loro que más se adapte a sus gustos.
A los loros domésticos hay que proporcionarles una alimentación adecuada y variada, con semillas, como el girasol o el mijo, diversas frutas, etc.
Para su entrenamiento, los dueños de loros domésticos suelen:
- Comprarles juguetes, como aros, columpios, etc.
- Jugar con ellos: enseñarles a cantar o hablar, rascarles la cabeza (siempre que se lo permitan), etc.
- Dejarles salir de la jaula, siempre que se hayan acostumbrado a sus dueños y a su entorno.
Se cree que los loros, en general, pueden vivir de 50 a 60 años, aunque comúnmente en cautiverio viven menos.
Videos de loros entrenados.
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